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Nuevo tratamiento para los infartos

Investigaciones efectuados por científicos de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido dirigidos por el Dr. Wilhelm Schwaeble indican que una inyección desarrollada por este equipo de investigadores administrada hasta 12 horas después de un ataque cardíaco o cerebral, puede reducir sus efectos al 50%.

Los ataques cardíacos o cerebrales se suceden cuando el flujo sanguíneo que llega al tejido se encuentra bloqueado debido a un coágulo o una hemorragia.
En estos casos se produce isquemia, falta de irrigación sanguínea que produce una reducción del oxígeno que daña las células.
Sin embargo, el mayor perjuicio al tejido ocurre cuando se reanuda la circulación sanguínea, porque en ese momento las células afectadas por la isquemia se comportan como un organismo invasor para las defensas del cuerpo. Las mismas, preparadas para reconocer y resistir la agresión de agentes patógenos, que suele ocurrir en un proceso entre las 9-12 horas atacan la zona afectada, lo que produce una gran inflamación que ocasiona el 80% de los daños permanentes que ocurren luego de un infarto.
De este modo, el inyectable contiene un anticuerpo que impide que las defensas del organismo actúen contra las células privadas de oxígeno como consecuencia de un infarto.

En este caso la enzima, la MASP-2 juega un rol fundamental en la respuesta frente a las infecciones. Por su parte los investigadores aislaron la proteína OMS646, que neutraliza la potencia de la enzima MASP-2 y, a partir de pruebas de laboratorio, comprobaron que puede reducir las repercusiones de un accidente cardiovascular. De este modo el anticuerpo inyectado impide que las defensas del organismo actúen contra las células privadas de oxígeno, en el caso de ser inyectados en un plazo entre 9 y 12 horas después del ataque cardíaco o cerebral.

Actualmente la investigación se encuentra en su fase de laboratorio, pero según el Dr. Schwaeble en los próximos 2s años podrían comenzar ensayos más amplios en seres humanos.

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