Bioero

Según el director científico de Biópolis, compañía biotecnológica vinculada al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Daniel Ramón, considera que uno de los grandes desarrollos biotecnológicos es desarrollar una alimentación vinculada al mapa genético de cada persona para prevenir ciertas patologías.

Esto se está tornando una necesidad, dado que la expectativa de vida ha aumentado y las dietas específicas orientadas a solventar algunos problemas de salud enriqueciéndolas, por ejemplo, con alimentos funcionales, aportan propiedades nutricionales que otorgan beneficios para la salud.

Alimentos con modificación genética

En tal sentido, el equipo del Dr. Daniel Ramón está realizando una serie de experimentos con un gusano al que se ha añadido un gen humano que simula el Alzheimer. Los resultados de este experimento han demostrado que un péptido, proveniente del cacao retrasa notablemente el depósito de la placa amiloide (una de las causas que provoca esta enfermedad).

Otro ejemplo es el cultivo del “arroz dorado”, una variedad de arroz que comenzará a cultivarse en 2012 (que fue producido a escala laboratorio en 1999) que tiene betacaroteno, el compuesto que nuestro organismo transforma en vitamina A. La importancia del consumo de este arroz es especial para los países del Tercer Mundo ya que el arroz es la base de la alimentación para 800 millones de personas en todo el mundo, pero la mayoría de estas personas tienen un importante déficit de vitamina A que, según datos de la Organización Mundial de la Salud, produce cada año la muerte de 2 millones de niños y causa ceguera o otros 250.000. De este modo al contener este arroz betacaroteno se estaría incorporando este nutriente en la dieta, previniendo las enfermedades causadas por déficit de vitamina A.

Por otro lado, los cultivos transgénicos ofrecen ventajas económicas a las empresas alimentarias, debido al hallazgo de nuevos compuestos con una disminución considerable del impacto medioambiental, ya que su resistencia a las plagas supone un importante incremento de la productividad, con una gran reducción en el uso de plaguicidas e insecticidas.