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Tratamiento para aguas contaminadas

zeolitas

Investigadora descubre procedimiento para el tratamiento de aguas contaminadas mediante  zeolitas obtenidas a partir de cenizas de volcán.

Si, lo que antes podía ser puramente un grave problema de salud, hoy se han constituido en un poderoso elemento para el tratamiento de aguas contaminadas.  Esto fue descubierto poco después de la erupción del volcán Chaitén, la investigadora del Instituto de Geología Económica Aplicada de la Universidad de Concepción, Vilma Sanhueza.

Cuando la científica analizó el material volcánico se dio cuenta que de él era posible obtener zeolitas, un tipo de mineral, un alumino silicato cristalino microporoso hidratado,  cuya estructura interna está compuesta por una serie de cavidades, que tienen la capacidad de retener cierto tipo de moléculas, por lo general metales pesados.

En la actualidad se han descrito unas 50 zeolitas naturales, mientras que las zeolitas sintéticas, esto es producidas en el laboratorio, son aproximadamente 400. Al  grupo de las zeolitas sintéticas se corresponden con las que son capaces de purificar aguas residuales, obtenidas de las cenizas del Chaitén: la phillipsita y la merlinoita. Ambas creaciones de la investigadora Sanhueza y que recientemente fueron patentadas por el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (Inapi), proceso que ha sido acompañado por la Unidad de Propiedad Intelectual (UPI) de la Universidad de Concepción, Chile.

Según investigación de la doctora Sanhueza la estructura  de la zeolita se puede producir para determinado tipo de proceso debido a que son muy específicas. En líneas generales son usadas como intercambiador iónico para descontaminar, en la industria farmacéutica  como portadores de medicamentos compuestos y en la industria petroquímica como catalizador o soporte de catalizador.

El proceso de formación de zeolitas sintéticas

Lo primero que realizó en el desarrollo de las zeolitas sintéticas fue el análisis, por microscopía electrónica, de las cenizas, en las que la investigadora  observó unos cristales filosos de 10 micras (0.001 centímetros). Este material en sí mismo es casi impalpable, muy dañino si se lo aspira. Lo siguiente fue romper esos cristales para, a través de un reactor,  se creen nuevas estructuras, asegurando la presencia de los componentes que sirven al objetivo de la purificación de aguas.  Si bien el tiempo de reacción para obtener las zeolitas sintéticas es por lo general de 24 horas, se requiere mucha investigación previa para llegar a las condiciones óptimas de reacción. En este trabajo de investigación en particular se logró llegar a la estructura apropiada para phillipsita y merlinoita  tras varios meses de trabajo.

A continuación, se efectuaron test con agentes contaminantes en  el laboratorio. Estos se hicieron con plomo, zinc y bario, metales pesados que se han asociado a aguas residuales de origen minero, de procesos de curtiembre y empresas papeleras, entre otras. Para hacer las pruebas, se usaron embudos de gran tamaño que fueron rellenados con material zeolítico, sobre los cuales se vertió el agua contaminada. “El agua baja y en las zeolitas queda retenido el material que pueden absorber. El agua que entra tiene una composición química distinta que la que tiene al salir. El agua sale limpia”. Este proceso ocurre debido a que las zeolitas actúan como un filtro.

Actualmente la investigación está en su fase de prueba  a escala piloto, para lo cual esperan obtener apoyo de alguna empresa que quiera ser parte de la investigación, para luego pasar a la escala industrial.

Fuente:  RedBio

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