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Un estudio presentado en la reunión anual de la American College of Allergy, Asthma and Immunology en Dallas, indicó que la lactancia durante los tres primeros meses de vida podría proteger a los bebés de desarrollar en el futuro alergias alimentarias.

Es importante destacar que sería posible desarrollar estrategias de prevención de las alergias alimentarias en los niños con alto riesgo de padecer este tipo de mal, evitando la ingesta por parte de la madre durante el embarazo y la lactancia de ciertos alimentos, emplear leche de fórmula hipoalergénica y la posterior introducción posterior de alimentos alergénicos y probióticos.

Una revisión efectuada en 18 estudios demuestra un efecto protector de la lactancia exclusiva durante al menos tres meses para los niños en alto a desarrollar enfermedades alérgicas). El Dr. Robert Wood, director internacional de salud de alergia e inmunología pediátrica de la Facultad de Medicina de la Johns Hopkins dio un listado de recomendaciones para aquellos niños que tienen alto riesgo de enfermedades alérgicas:

• Evitar las mujeres el consumo maní (cacahuate) y nueces de durante el embarazo y lactancia.
• En caso de que las madres necesiten dar a sus bebés complemento lácteo, el mismo debe ser leche con fórmula hipoalergénica (parcial o extensivamente hidrolizada)
• Es recomendable retrasar la alimentación de estos niños con alimentos sólidos hasta los seis meses.
• Retrasar la introducción de leche de origen no materno y huevos hasta el año y de maní y nueces hasta los tres años.
• Iniciar la intervención precoz cuando aparezcan señales de alergia alimentaria.

Sin embargo, otro experto precisó que un individuo podría tener alergia a un miembro de una familia de alimentos pero podría consumir otros miembros de la misma familia. Por ejemplo, un estudio sobre nueve tipos de pescados comunes encontró que la alerginicidad y reactividad cruzada eran mayores entre el bacalao, el salmón y el carbonero, y menores entre el hipogloso, el lenguado, el atún y la macarela. Otra investigación sobre las nueces comestibles halló que la reactividad cruzada era intensa entre la nuez de nogal, el pecán y la avellana; moderada en el marañón, el pistacho, la nuez de Brasil y la almendra; y muy baja entre el maní y las nueces de árbol.
En tal sentido el Dr. Sami Banna, jefe de alergia e inmunología de la Universidad estatal de Luisiana en Shrevport, señaló que una persona puede ser alérgico a una parte en especial de un alimento pero no a otra.
Además debe tenerse en cuenta que la alergia alimentaria puede ser causal potencial de síntomas gastrointestinales y dermatológicos. Según la Dra. Amal Assa’ad, directora de la clínica de trastornos por alergias alimentarias y eosinofílicos del Centro médico infantil de Cincinnati, indicó que los trastornos gastrointestinales eosinofílicos podrían afectar el esófago, el estómago, el colon y el recto, siendo los mismos generalmente de carácter crónico y recurrente. Se ha observado que estos pacientes tienen altos índices de sensibilización a los alimentos y alergenos ambientales. Muchos de estas personas tienen altos índices de síntomas clínicos cuando se realiza la ingesta de diversos alimentos; logrando responder, una parte de estas personas, mejorando su sintomatología clínica, cuando los alergenos alimentarios son eliminados.

Fuente: HealthDay