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Terapia anti-angiogénica para el tratamiento oncológico

Así como las terapias génicas para producir angiogénesis, esto es, la producción de nuevos vasos sanguíneos a partir de vasos pre-existentes, son una alteranativa en enfermedades isquémicas, las terapias anti-angiogénicas son una alternativa para el tratamiento de tumores.

Ya que los tumores necesitan el suministro sanguíneo para su mantenimiento, es necesario impedir el mecanismo angiogénico como método de bloquear el crecimiento tumoral.

Esta estrategia sería una excelente alternativa a la hora de abordar nuevas terapias oncológicas y esto es debido a que las células deben estar a unos 100 a 200 µm de un vaso sanguíneo para sobrevivir. Unos de los principales eventos en el fenómeno de tumoración es el “cambio angiogénico”, esto es una alteración en el equilibrio de factores angiogénicos y anti-angiogénicos que lleva a la vascularización del tumor, y este fenómeno da como resultado un crecimiento rápido de la masa celular. En los eventos de tumorogénesis y metástasis la desregularización de los factores angiogénicos-anti-angiogénicos es caracterizada por un incremento pronunciado de la expresión de VEGF (sigla en inglés para el Factor de Crecimiento Endotelial Vascular). Este hecho desencadena el proceso de angiogénesis propiciando el crecimiento de los tumores y el proceso de metástasis. Como hemos visto anteriormente, la hipoxia y la isquemia estimulan la producción de VEGF, y este es un fenómeno que se da dentro de los tumores, en el interior de la masa tumoral, y por ello se produce la expresión de VEGF, previa expresión de aHIF (un factor que regula la angiogénesis) como alternativa para mejorar la irrigación intratumoral.

Debido a lo expuesto, la administración de inhibidores de la angiogénesis puede ser una excelente alternativa para el tratamiento contra el cáncer. Desde hace algo más de una década se están estudiando y desarrollando ensayos clínicos para determinar la eficacia y seguridad de distintos inhibidores angiogénicos. Algunas de las moléculas más empleadas son: el interferón α, (que inhibe la producción de moléculas que estimulan la angiogénesis como FGF y VEGF), avastín (que es un anticuerpo anti-VEGF), angiostatín (que inhibe la proliferación de células endoteliales) y algunos inhibidores de metaloproteinasas de la matriz celular.
Si bien muchos de estos estudios están en fase de evaluación, se ha observado en modelo de ratón que la variación genética individual frente a la respuesta angiogénica puede ser un factor clave en la progresión de la enfermedad y/o en la respuesta que se tenga a la terapéutica anti-angiogénica. Sin embargo, la terapia anti-angiogénica se postula ser una alternativa atractiva para el tratamiento del cáncer, en especial abordada desde el punto de vista de la terapia génica, donde los esfuerzos están aunados pero la mayoría de los estudios están aún en fase experimental.

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