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Según científicos CIMA de la Universidad de Navarra, la presencia elevada del microRNA 451 mejora la respuesta a la quimiorradioterapia.

La farmacogenética estudia las bases genéticas que determinan la respuesta de un individuo a un tratamiento, así como sus posibles reacciones tóxicas. El estudio presentado analiza el papel del microRNA 451 en el cáncer de estómago. “Los enfermos con una expresión elevada de esta molécula muestran mayor supervivencia, por lo que podría convertirse en un biomarcador de respuesta al tratamiento”.

Además de su aplicación en el cáncer, la farmacogenética está demostrando su eficacia en otras disciplinas tales como la psiquiatría. Así, hoy en día se pueden determinar tratamientos más individualizados para trastornos psicóticos y epilepsia.

Otro campo que está cada vez más en auge es el de las enfermedades cardiovasculares. “Uno de los grandes riesgos de esta enfermedad es el control de los procesos trombóticos, que están implicados en los accidentes cerebrovasculares.

En tal sentido, según el investigador Dr. Jesús García-Foncillas, investigador principal del Laboratorio de Farmacogenómica del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y director de Oncología de la Clínica Universidad de Navarra “la convergencia de estudios genéticos y farmacológicos constituye una vía para optimizar tanto el tratamiento en cada enfermo como los recursos sanitarios, ya que se puede utilizar los fármacos en las dosis adecuadas, con menos efectos secundarios y en los pacientes que muestren mejor respuesta terapéutica”.